Hoy estoy vestida de blanco, sentada en el asiento trasero de un carro, sujetando con las dos manos un bouquet de flores de colores. Estoy my emocionada y nerviosa. Este momento me hace recordar en todo lo que ha sucedido para poder llegar hasta aquí y sólo pienso en lo importante que has sido para mi vida y en especial para este día.

Al ver ahora mis zapatos color marfil, recuerdo cómo jugaba a ponerme los tuyos.  ¿Te acuerdas que me ponía una sábana en la cabeza como velo y jugaba "al día de mi boda"? Tú sonriente, hasta me tarareabas la marcha nupcial. Me conoces mejor que nadie y sabes lo especial que es este día para mi, porque lo hemos soñado juntas.

¿Recuerdas también, cuando me rompieron el corazón y me diste el mejor de los consejos? No te despegaste de la puerta de mi habitación, auque yo no quería ver a nadie.
Con un abrazo, una rica comida o un paseo, me has enseñado a aprender de los momentos más tristes, y eso es algo que te admiro mucho.

Conozco el amor incondicional gracias a ti. Nunca hemos estado de acuerdo, sin embargo, has apoyado mis decisiones por más preocupada que estabas. Ahora que estoy por iniciar una nueva familia, ese amor grande que aprendí de ti me dará la fuerza para ser la mejor compañera y mi matrimonio estará lleno de amor como el tuyo.

Sé que debe ser complicado imaginar que me voy de casa, pero estoy segura que siempre volveré por un abrazo, siempre me sentiré protegida a tu lado y amada entre tus brazos.

Cuando me baje del carro, te veré dentro del templo, me mirarás con tu expresión más dulce y con los ojos llenos de orgullo, porque me has preparado para ser la gran mujer que soy ahora. Iniciaré una nueva vida y la viviré como lo he aprendido de la mejor.

¡Gracias mamá por todo! Hoy quiero que disfrutemos y celebremos al máximo este día tan especial para las dos, como lo hacíamos cuando era niña.

Con amor,
Tu hija.