Como todas las grandes historias, yo inicié mi estudio basado en la ignorancia.

Primero que nada, quiero decirte que si estás iniciando en la fotografía y tienes pocos años, meses o semanas haciendo fotos, eso ya es suficiente. Si tu intención es dedicarte a esto o quizá tomar fotos como hobby o para aprender algo nuevo, ¡eso está muy bien! hay espacio suficiente para todas y todos.

En más de 12 años haciendo fotografía, tristemente he visto lo duro y agresivo que puede ser el gremio fotográfico para los principiantes y sobre todo, si son mujeres.

Algunas frases que me dijeron cuando inicié en esta aventura fueron: "así esperas ser fotógrafa?", "¿qué cámara tienes?", "¿apoco aún usas crep?", "Ale, no sabes muchas cosas", "mira nada más, una fotógrafa diciendo mal ese término". Y muchas más.

Crecimos como profesionales no gracias a esos comentarios, sino a pesar de ellos.

Hoy quiero compartirte lo que las amos de lo inexperta que fui al hacer mi estudio fotográfico, y espero puedas aprender algo de ello y juntos crecer esta bonita comunidad. Lo primero que hice fue lo mismo que tu estás haciendo, buscar en internet ideas para montar mi estudio, sin tener que gastar,

Desde la improvisación e ignorancia, claro, por mi poca experiencia.

Con ayuda de mi mamá, compré uno de esos kits de iluminación con tripié, flash de estudio y sombrillas difusoras y rebotadoras, lo compré en Fotografía Navarro, era el más básico de la tienda. Yo me sentía muy profesional, pero a la vez muy insegura por no saber utilizar el equipo al 100%.

Mi primer soporte para ciclorama era hecho de tubos PVC, yo misma lo armaba y desarmaba, y lo llevaba a todas partes. Como ciclorama usaba a veces una tela (la más barata que encontraba) y a veces lona mate.

Hacía el trabajo, resolvía hasta que tenía que hacer una sesión de exterior y el viento se llevaba la estructura.

Entonces me pareció que no era la mejor idea tener un "estudio móvil" y decidí montar mi primer estudio en la habitación de una casa vacía. La habitación más grande, por su puesto.

Una de las primeras inversiones que hice fue:

1. Aire acondicionado

2. Persianas blackout, para controlar mejor la luz y obvio, para quitar las cortinas floreadas que estaban puestas.

3. Una estructura empotrada al techo para sostener el ciclorama, donde yo con una manivela (el palo con gancho ese que le das vueltas que hace ruriruriruri) bajaba y subía el ciclorama hecho de lona mate. Tenía 2 colores, blanco y negro. Ese trabajo me lo hizo un herrero local.

Suena fácil, ¿no? tienes una idea y la ejecutas. La realidad es que, en ese entonces, en el 2012, fue una inversión de $18,000 que no tenía, pero pude utilizar a través de un crédito del gobierno.

La gran ventaja del ciclorama blanco era que como estaba hecho de plástico, lo podía limpiar y trapear fácilmente, el negro en cambio, no era lo suficientemente mate y reflejaba mucho la luz. Llevaba mucho trabajo de edición, y pues tampoco era buena editando fotos.

El estudio se veía muy bien, era pequeño pero cómodo, hice muchísimas sesiones ahí, ese estudio me enseñó mucho sobre cómo usar y cómo no usar la luz artificial, conocer mis lámparas y mi flash. Y lo mejor, ya era un negocio rentable, podía tener todos mis props y accesorios en un mismo lugar y me daba oportunidad a ser más creativa y experimental en mi trabajo.
Tener mi propio estudio era mi sueño, pero ese no era el estudio de mis sueños.

Durante 7 años me estuve capitalizando, haciendo crecer la marca y ahora ya contaba con un equipo de trabajo.

El estudio ya me queda chico y decidí (de nuevo, suena sencillo, pero no lo fue para nada) decidí hacer un estudio más grande. Este nuevo estudio debería cubrir las necesidades y deficiencias que identifiqué en el anterior.

 Se me ocurrió que además de usarlo yo, podría rentarlos otras fotógrafas y fotógrafos: hacemos eventos y damos cursos y talleres.

Las actualizaciones que más me gustan de mi nuevo estudio son:

1. El ciclorama construido. Me da muchísimo espacio para crear fotos y sets.

2. El carrito de servicio. Pensado originalmente para servir como standing des, es muy útil para acomodar props, dejar mi cámara o poner un cañon.

3. El mueble para almacenamiento. Este o fabricó un amigo de acuerdo a las medidas de mi equipo, sirve principalmente para guardar de manera segura y ordenadas el equipo, pero además para tener a la mano lo que necesito. Tiene un espacio para tripiés, para mi maleta, para cámaras, cables, lámparas y un espejo de cuerpo completo para los clientes.

4. Enchufe eléctrico al centro del estudio. El más útil para mis lámparas y cualquier iluminación extra cerca del ciclorama.

Una de la grandes ventajas de este nuevo estudio es la versatilidad, lo transformó de una forma y otra. Además, es muy fácil de limpiar.

La principal desventaja es que estas curvas aumentan el eco en el espacio, entonces no es lugar ideal para grabar vídeo. Sin embargo, me encanta, me hace sentir orgullosa y sólo lo pude lograr gracias a la inexperiencia y errores del pasado.

Si me preguntan, ¿tener tu propio estudio es caro?

Después de todo, yo diría que no. No, no lo es, si tienes un plan para recuperar y hacer rendir la inversión, Puede que sí necesites mucho dinero, pero no tienes que poner en riesgo tu dinero, hay créditos para emprendedores que si eres organizado te ayudan a soñar más alto. Además, tu calidad, servicio e imágenes se verán super pro.

Por otro lado, si decides construirlo por tu propia cuenta , no tienes idea lo mucho que vas a aprender.

Mi recomendación es que primero pienses en qué y cómo vas a usar tu estudio: alimentos, modelos, familias, bebés, audio o vídeo. Si aún no lo tienes claro, prueba con soluciones hechas en casa antes de invertir.

Cuéntame en los comentarios cómo va tu estudio y tienes alguna duda ahora que lo estás haciendo. ¡Te veo en el próximo vídeo!

Cuéntame en los comentarios cómo va tu estudio y tienes alguna duda ahora que lo estás haciendo. ¡Te veo en el próximo vídeo!

Ale Herrera.